lunes, 9 de noviembre de 2020

LA NATURALEZA COMO RECURSO

     Los objetos lúdicos naturales son siempre no estructurados, permitiendo así un juego más libre, abierto y polisémico. Son todos distintos y a nivel sensorial poseen una mayor complejidad. El otoño nos ofrece infinidad de materiales poco estructurados. 

Estimulamos el juego libre, favorecemos la expresión personal, la construcción de relatos y el desarrollo de la capacidad de componer situaciones y esquemas. Sumergimos a los más pequeños en una espiral de estimulaciones sensoriales (visuales, auditivas, táctiles, olfativas, ...).

Los niños y niñas acumulan juguetes que no son más que una prolongación de la sociedad actual. Como indica la escritora Heike Freire: "Los juguetes de hoy están hechos en su mayoría de plástico y en ocasiones derivados del petróleo. Son poco sostenibles, caros y costosos de reciclar. Son juguetes que suelen ser estructurados, dejan poco margen a la creatividad y dirigen mayoritariamente el juego del niño/a". Los juguetes naturales son siempre no estructurados, permitiendo así un juego más libre, abierto y polisémico. Lo que ahora es una cosa, en un rato significa otra de un mundo diferente. Los objetos de la naturaleza son todos distintos y a nivel sensorial poseen una mayor complejidad, con variaciones de tono e intensidad, tamaño y uso, apelan a la acción de todo el cuerpo, no sólo de los dedos, como suele suceder con los juguetes electrónicos. Claire Warren, directora de la escuela en la naturaleza Mindstretchers en Escocia , afirma que “los juguetes prefabricados quitan a los niños/as la posibilidad de pensar por sí mismos, diseñar, resolver problemas y lo que es más importante, les restan el orgullo y la afirmación de crear algo por sí mismos.

En nuestra escuela LA NATURALEZA como recurso pedagógico.










 

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